Mes: octubre 2018

Sobre libro: El camino a la realidad, por Roger Penrose

Después de 1405 páginas de física, el mundo parece dar vueltas. La luz que tanto fascinó a Newton en su momento para comprender el mundo, ahora viene con energías renovadas para comprender el todo a escala global, con la vasta instrumentalización del siglo XX que ahora resulta en algo tan llamativo como la teoría cuántica de campo y los twistores. Y la luz que tanto fascinó en su momento a Goethe, a Galileo, a Lorentz, a Einstein, al ser enfocada como si fuera una serie de cuerdas heteróticas, formando como una especie de letras H irregulares y pegadas unas a otras como aquellas tarjetas perforadas de los primeros computadores como las que hiciera Hollerit, es capaz de transmitir información…. Y si un solo rayo de luz lleva una cantidad fantasmagórica de información, difícilmente cabe en la imaginación toda la información que pueden tener los haces de luz en el universo entero. A menos que uno conjeturalmente se atreva a imaginar que eso es lo que es el sustrato de la conciencia, aunque sigue siendo un tema evasivo.

De todas maneras, Penrose, un gran estudioso de los agujeros negros en el espacio, de la historia de las matemáticas y la física, plasma en esta magna opus el tema que obviamente la explicación de la “realidad” que se conoce o como la queramos conocer, igualmente debe abarcar la explicación del fenómeno de la conciencia.

El camino a la realidad está pavimentado de muchas capas. Capas de concepción de la realidad como la de la escuela de Copenhague, que da origen a la concepción unitaria de la realidad, como la planteó Schrodinger. Capas de realidad como la del colapso de función de onda, como la escuela R, de reducción, donde hay múltiples universos y la onda que aparece en cada uno, genera esa determinada realidad….. y la onda completa, viaja en forma circular por todos los múltiples universos…… En otras capas de realidad, el espacio-tiempo así llamado por Herman Minkowski, -uno de los profesores de Einstein-, está conectado de una forma inextricable con la torsión o rotación de los haces de luz, que al mismo tiempo que viajan a la velocidad de la luz, interactúan entre sí  generando espacios complejos de proyección twistorial.. Todo un tema, que hay que conocer más, porque en la “divina entraña de la realidad” estamos nosotros mismos y nuestra concepción del mundo.

Cuando se quiere entender la conciencia como campo, la física y sus diversos desarrollos ayudan a dejar entrever que en esas escalas de vértigo de lo muy pequeño donde están los cuantos o fotones, que dan unas determinadas propiedades que son explicadas también por la concepción teórica del electromagnetismo, se mantienen coherentes en escalas que llegan hasta el universo lejano conocido como radiouniverso, descrito por allá en la década de los 60s por Penzias y Wilson, llamando la atención sobre dicha radiación como lo que quedó luego del tiempo transcurrido del Bing Bang.

Libro 50 de 2018