bibliofilia

Sobre libro: Gimnasia cerebral, de Marilyn Vos Savant.

Todo un reto, de re-aprender a leer, de emplear las capacidades de encontrar diferencias y semejanzas, de (un poco de iconoclastia) proponer interactuar con los libros rayándolos, aunque por mi parte prefiero las bandas adhesivas, de volver a leer los libros.

Y una técnica «secreta» para memorizar: repetir, repetir, repetir. Destaca todo lo que se aprende al leer un libro, y recalca una vez más lo que sabemos, que es mejor leer el libro que ver la película, porque un libro cuenta lo mejor que el escritor ha hecho de su esfuerzo para presentar un relato coherente. Escribir horroriza?

Otro tema interesante sobre leer un libro, es la lectura sintópica, que es leer el material teniendo en cuenta lo que han dicho autores previos, con lo cual la aproximación a la verdad de un concepto es mayor. Sugiere empezar con escenarios tan fáciles como redactar postales. La expresión escrita impresiona y es necesaria para el desempeño profesional, como lo han puesto de relieve las tecnologías de estos últimos dos decenios. Pero, el computador no genera las soluciones, es solo una herramienta, que logra lo que queremos que logre.

Me ha gustado mucho el énfasis que hizo en la perspectiva histórica, porque con eso comprendemos mejor la importancia del tiempo y del legado que heredamos. El énfasis geográfico es igualmente importante, porque con eso devenimos más ciudadanos del mundo, en la medida de viajar aprendemos más. Marilyn Vos Savant tiene un CI de 180, de modo que es bastante autorizada para hablar de este tema. La parte de cultura general de la segunda parte rememora cosas de la vida diaria, desde conceptos de economía capitales para el manejo del dinero, pasando por las obras maestras de la pintura en el renacimiento, hasta notación musical.

LIbro 37 de 2018

Sobre libro: Zibaldone de pensamientos, de Giacomo Leopardi

Fragmento tomado de
Título original:

Nieves Muñiz: «El ‘Zibaldone’ es una obra de interés universal, que cuanto más tiempo pasa, más moderna parece»

Libro 18 de 2018

«Giacomo Leopardi (Recanati, 1798 – Nápoles, 1837) está considerado el principal poeta del romanticismo italiano y uno de los más relevantes de la literatura universal. Entre su obra destaca el Zibaldone di pensieri, abreviado generalmente como Zibaldone, un diario personal de 4.526 páginas, escrito entre 1817 y 1832, en el que Leopardi recogió sus pensamientos y reflexiones filosóficas. 

En esta entrevista hablamos con la presidenta del congreso, la catedrática de Filología Italiana de la UB Nieves Muñiz. La profesora Muñiz ha centrado sus estudios en los contactos literarios entre Italia y España, y en la literatura italiana moderna y contemporánea, con especial atención a la obra de Giacomo Leopardi. En 2010 fue galardonada con el Premio Giacomo Leopardi, que concede el Centro Nacional de Estudios Leopardianos (CNSL), la distinción internacional más importante que se otorga a los estudiosos de este autor.

¿Cuál es la importancia del Zibaldone en el conjunto de la obra de Leopardi? 

Leopardi es uno de los poetas más conocidos del mundo y, sin embargo, el Zibaldone se descubrió muy tarde; no se publicó hasta 1898, años después de la muerte del autor. Hasta la publicación del Zibaldone, Leopardi era muy reconocido como poeta, pero muy poco como pensador, y de ahí la importancia de esta obra. El Zibaldone nos descubre la complejidad de su pensamiento, nos permite ver cómo nacen sus ideas y cómo se modifican. Por otro lado, también sorprende por la variedad de los temas que trata (filosóficos, lingüísticos, literarios, artísticos, históricos y sociológicos) y por su complejidad. Es una obra original, muy personal y, a la vez, de interés universal, que cuanto más tiempo pasa, más moderna parece. Probablemente hoy estamos más preparados para entender la crítica que se hace a la modernidad. Leopardi se anticipa a muchas percepciones actuales. 

¿Cómo es el Leopardi que descubrimos gracias al Zibaldone? 
Descubrimos a un joven crítico, difícil de clasificar. Se dice que Leopardi era un romántico, pero un romántico crítico. Fue un niño prodigio que publicó descubrimientos filológicos importantes con sólo 16 años. En el Zibaldone, que escribió entre los 19 y los 34  años, descubrimos a un intelectual, que adopta el punto de vista de las dificultades de un joven muy preparado, pero aislado, que no ha sido un joven protegido, sino que todo lo que ha hecho, lo ha hecho solo. Leopardi era un noble, pero tenía ideas muy independientes y había vivido con restricciones económicas al abandonar la casa materna. Si lo tuviéramos que situar políticamente, diríamos que era más bien de izquierdas, pero a la vez muy crítico con la política progresista. Reconocía que la civilización y las democracias modernas habían conseguido atenuar la brutalidad humana, y aun así se daba cuenta de que bajo una apariencia de democracia y libertad había una tiranía disfrazada y una guerra social sorda. 

Al leer el Zibaldone nos iluminamos, puesto que Leopardi demuestra una gran lucidez y una gran capacidad descriptiva y predictiva de hechos que en su tiempo apenas estaban surgiendo y que hoy forman parte de nuestra vida cotidiana. Pienso que ahora Leopardi sería un indignado. Creía que la modernidad se construía sobre unas bases débiles y era consciente de la crisis que se preparaba. Veía que la modernidad se concentraba demasiado en la economía, y que ésta no era capaz de resolver los problemas fundamentales de las personas. Consideraba que el progreso técnico mal dirigido crearía un vacío. Se entiende entonces que fuera muy criticado por los progresistas de su tiempo. «

Comentario: Zibaldone quiere decir en italiano «miscelánea»

Motivos por los que es bueno leer!

Tomado de http://verne.elpais.com/verne/2015/05/05/articulo/1430838359_183888.html

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6 motivos (científicos) por los que es bueno leer

Los libros son las pesas de tu cerebro.
Leer es divertido y fácil. Los libros educan, dan tema de conversación, proporcionan compañía y son baratos, incluso gratis, si recurres a una biblioteca o al proyecto Gutenberg. Pero además de todo eso, leer es bueno para tu cerebro. Te hace más listo, te relaja, incluso te ayuda a ser mejor persona. En serio. Pero eso no son motivos para leer. Sólo son efectos secundarios. Aquí van seis de ellos.

1. Una escuela de empatía. La lectura es tecnología para acceder a otros puntos de vista, como escribe Steven Pinker en Los ángeles que llevamos dentro. Leer nos permite acceder a “mundos que sólo pueden ser vistos a través de los ojos de un extranjero, de un explorador o de un historiador”, lo que puede llevarnos a que una norma que no nos cuestionamos (“así es como se hace”) pase a ser una observación explícita (“así es como nosotros lo hacemos”), susceptible de replantearse (“¿no podríamos hacerlo de otra forma?”).

Esto es especialmente válido para la ficción, que nos permite acceder a la forma en la que piensan y sienten personas muy diferentes. En opinión de Giovani Frazzetto, autor de Cómo sentimos, leer la historia de diferentes personas nos ayuda a comprender los sentimientos y pensamientos ajenos, sin que sea tan importante que esas personas sean reales o imaginarias.

Tal y como publicaba el New York Times, citando varios estudios, “hay un solapamiento sustancial en las redes del cerebro que se usan para entender historias y las redes usadas para interactuar con otros individuos, en particular, las interacciones en las que intentamos entender los pensamientos y sentimientos de los demás”. Y añade: “Los individuos que leen ficción a menudo parecen mejores a la hora de entender a otra gente, empatizar con ellos y ver el mundo desde su perspectiva”.

“Transferir la experiencia de leer ficción en situaciones del mundo real es un salto natural, según explica en The Guardian David Comer Kidd, coautor de un estudio que también relaciona lectura y empatía: “Usamos los mismos procesos psicológicos para entender la ficción y las situaciones reales. La ficción no es sólo un simulador de experiencias sociales, sino que es una experiencia social”.

2. Gimnasia cerebral. La lectura mantiene el cerebro en forma; de hecho, toda actividad mental estimulante, como el ajedrez o los crucigramas, ayuda a que nuestra mente aguante con salud durante décadas. Leer incluso podría ayudar a prevenir el alzheimer.

Durante la lectura hay “un incremento sustancial e inesperado en el flujo sanguíneo en el cerebro, más allá de las áreas responsables de la ‘función ejecutiva’, las normalmente asociadas con prestar atención a una tarea”, explica Natalie Phillips, responsable de una investigación que hizo resonancias magnéticas a gente que estaba leyendo. “Prestar atención a textos literarios requiere la coordinación de múltiples funciones cognitivas complejas”. Eso sí, se trata de lectura atenta y reposada. Este tipo de lectura facilita el pensamiento analítico y crítico, tal y como recuerda Mayanne Wolf, y también nos ayuda a concentrarnos y a centrarnos en un tema y no en veinte a la vez.

3. Es muy positivo que la gimnasia comience lo antes posible. Según la neurocientífica Susan Greenfield, la lectura ayuda a ampliar la capacidad de atención de los niños, ya que “las historias tienen un comienzo, un desarrollo y un final», es decir, «una estructura que empuja a nuestros cerebros a pensar de forma secuencial, y a enlazar causa, efecto y significado».

Comenzar a leer de niños (y hacerlo mucho) ayuda a desarrollar la comprensión lectora, a ampliar el vocabulario y está relacionado con un mayor conocimiento tanto académico como práctico en los siguientes años, según varios estudios de Anne E. Cunningham, de la Universidad de Berkeley, y Keith Stanovich, de la Universidad de Toronto.

Otro estudio del Centro Médico del Hospital Infantil de Cincinnati (Ohio) apunta que los niños de entre 3 y 5 años a quienes se lee cuentos también muestran mayor actividad cerebral en las imágenes de resonancia magnética. No sólo en las áreas que dan significado al lenguaje sino también en las que son importantes para la visualización, probablemente porque se imaginan la historia. El responsable del estudio recomienda leer cuentos a los niños con regularidad y además conversar con ellos sobre las historias.

Es positivo que esta actividad se mantenga también durante la adolescencia, ya que es una etapa en la que necesitamos una experiencia rica en emociones: las reacciones emocionales son más intensas y tenemos más capacidad de aprendizaje que de niños o de adultos. Además, la literatura ayuda a forjar nuestra identidad, ya que altera nuestras conexiones mentales y crea nuevas ideas y formas de pensar.

4. Relaja. Uno de los efectos positivos que tiene agarrar un libro y no soltarlo durante un buen rato es que es un buen ejercicio de relajación. De hecho, y según un estudio de la universidad de Sussex, leer relaja más que escuchar música, dar un paseo, tomarse una taza de té o los videojuegos.

Así, es normal que la lectura nos ayude a dormir. Siempre que no usemos un dispositivo retroiluminado, como una tablet.

5. No hay diferencia con los libros electrónicos. Casi. Los e-books son exactamente igual que los físicos. Excepto por el pequeño detalle de que no son físicos. Parece algo obvio y que no tiene importancia, ya que lo que leemos son las palabras y no el papel, pero tiene sus implicaciones, especialmente a la hora de estudiar: leer en un e-book es como leer de una página infinita y nos resulta más difícil recordar lo que hemos leído si no tenemos referentes como la posición del texto en la página o si estaba en la página izquierda o derecha, por ejemplo. Cuantas más asociaciones de este tipo podamos hacer, más fácil resultará memorizar un texto, tal y como recoge Time. Y por eso agradecemos que el lector de libros electrónicos nos dé toda la información que pueda, como el número de página o incluso el porcentaje leído. Nos ayuda a orientarnos.

Aparte de este detalle, no hay por qué tenerle manía al libro electrónico: sólo tardamos siete días en adaptarnos a su uso, como a cualquier otra tecnología.

6. Leer es sexy. Esta frase no es sólo una excusa para publicar fotos de gente guapa que tiene un libro entre las manos casi por casualidad. Tiene base científica: por un lado, leer aumenta la inteligencia, como explica en The Guardian Dan Hurley, autor de Smarter: The New Science of Building Brain. Leer incrementa nuestra capacidad de comprensión, de solucionar problemas y de detectar patrones. También mejora la inteligencia emocional (incluyendo la ya mencionada empatía). Por otro lado, la inteligencia es un atributo que deseamos en nuestras parejas. Según el psicólogo evolutivo Geoffrey Miller, autor de un estudio al respecto: “Rasgos como el lenguaje, el humor y la inteligencia han evolucionado en ambos sexos porque son sexualmente atractivos”.

En conclusión, leer es sexualmente atractivo. No sé qué más queréis.