Neurona

Sobre Libro: «El problema cerebro-mente», por Francisco Mora

Cazando sombras en la noche

El problema mente-cerebro, uno de los temas o cuestiones perennes, porque es una pregunta que se ha hecho desde hace mucho tiempo, y aún en nuestro tiempo, con el mayor conocimiento del mundo, del universo, del cerebro, de la mente, de la inteligencia artificial, aportada por diferentes ciencias algunas de ellas todavía jóvenes como la ciencia neural cognitiva, como las redes neurales, como la filosofía de la mente, sigue siendo un tema sin una respuesta definitiva. 

El lenguaje

Mucho de la respuesta depende que quizá desde el punto de vista verbal, el lenguaje es una herramienta intrínsecamente limitante para describir un proceso dinámico. El lenguaje tiene la limitación de circunscribir una definición, aunque plantea el tema conceptual claramente. De hecho, algunos autores consideran que si no hay lenguaje, no es posible considerar que haya conceptos.

Igualmente algunos pensadores califican a esta cuestión mente-cerebro como un misterio, en el sentido que no es develable, a la luz de las limitaciones propias del funcionamiento cerebral. 

Un enfoque del siglo XX.

La inteligencia artificial (IA) es un enfoque que aparentemente es una opción interesante, desde el punto de vista de defensores de la IA fuerte es una de las concepciones que han tomado curso, por la atribución de semejanzas entre el cerebro, la capacidad de computación para hacer algunas operaciones algorítmicas que se manejan de acuerdo a una máquina de Turing. Solo que algunas operaciones, como se habían referido en la obra del matemático y físico Roger Penrose “La Nueva mente del emperador”, igualmente no son realizables por los computadores u ordenadores en su estado actual. Uno de ellos, que no es computable, es el de los conjuntos de Mandelbrot, que ha sido posible en su descubrimiento gracias al trabajo descubridor de Benoit Mandelbrot o el teorema de Fermat. Y la implacable lógica matemática, igualmente tiene su zona gris con el teorema de la incompletitud de Godel.

Solo que la IA es limitada para algunas cosas: básicamente la percepción de muchas cosas en paralelo al mismo tiempo, sin perder el foco unificador de la conciencia. Igualmente, la IA difícilmente conserva la capacidad de discriminar estímulo de ruido, y no tienen por supuesto, los atributos de seres vivos que comenta Morin, como ser auto re-organizante y adaptativo, que hacen que haya plasticidad. Cosa que las máquinas inanimadas no tienen.

Cerebro que sueña

Y una de las cosas diferentes que exhiben los organismos  cerebrados, es que su capacidad de aprendizaje, que suele ocurrir durante el sueño.

Ese conjunto de estructuras en el tallo cerebral descritas por Giuseppe Maruzzi y Horace Magoun además del entorno de alerta o awareness, interactúan con otras neuronas, y resulta el sueño, o a veces, escenarios complicados de parasomnias como el conocido sonambulismo o el bruxismo.

Redes neurales

Y claro, sale a relucir el tema de las redes neurales, que han avanzado, a la luz de la teoría de los conjuntos borrosos, buscando asemejarse a a sistemas complejos adaptativos, cuya principal característica es la de ser auto-regenerativos y adaptativos, con capacidad de aprendizaje. Algo que Ilya Prigogine mostró a propósito de las estructuras disipativas, que curiosa y paradójicamente pueden generar mayor orden cuando hay más entropía y más desorden.

Algunas cosas que seguramente se tienen que trabajar mejor, no solamente desde el punto de vista biológico, sino con miras a la interacción con otras disciplinas, son las definiciones de mente, inteligencia, consciencia.  Un concepto interesante en las redes neurales, es por ejemplo el de componentes de planificación, componentes de almacenamiento de información y un componente de decisión…. En la parte neural, el neurocirujano Karl Pribram indica que los componentes centrales tienen conexiones difusas, los componentes periféricos tienen conexiones limitadas. Es así que la sustancia reticular activadora ascendente tiene muchas conexiones difusas y en contraste las fibras o los sistemas efectores tienen menor cantidad de sinapsis.

Ramón y Cajal proponía que al conocer las fibras y trayectos neurales, era fácil conocer los cauces por donde discurría la mente y posiblemente la conciencia. Esto se ha podido hacer con algunas microdisecciones, aunque los cortes no dan la suficiente exactitud.

De todas maneras, hay algunas limitantes para las redes neuronales y es la extremada densidad de neuronas en tan pequeños espacios. Una cifra fantasmagórica: 500 millones de neuronas por mm3.

Mecánica cuántica y cerebro

Este es un tema relacionado con la concepción de la realidad, en la que participan los cuantos o fotones…. Y alrededor de los fotones, surgen las concepciones de mundos de ondas, como el tipo de orden primario como el propuesto por Karl Pribram, donde dicho mundo de ondas es determinista, dicho mundo de ondas permite la coexistencia de ondas y partículas….. con las ecuaciones de Schrodinger, pero, al mismo tiempo, está el mundo de las ondas que se colapsan, el llamado colapso de función de onda, que forma parte de un mundo de densidades probabilísticas, propuesto por la concepción de Coppenhague y las ecuaciones de Bohr.

Lo interesante de esta concepción cuántica, es que se aplica en una vasta gama de magnitudes desde las galaxias, hasta las magnitudes de la constante de Planck. Cuando se trata de magnitudes 10.000 veces mayores a las de la constante de Planck, el mundo (y por ende el cerebro) se entienden con el enfoque clásico…. Y con las magnitudes menores, como las que hay en los túbulos neuronales, puede darse el enfoque cuántico. El dualismo interaccionista del cual John Eccles es uno de los defensores, propone que la conciencia tiene comportamiento no determinista, aunque todavía es problemático el tema de la magnitud física en la cual se supone que ocurren los eventos con magnitud cuántica, ajustándose a la constante de Planck.

Libro 20 de 2019

Conclusión

El estudio de la conciencia no es fácil por los muchos enfoques disciplinarios en torno a su explicación. Los enfoques como la inteligencia artificial son interesantes porque multiplican la capacidad algorítmica de producir por ejemplo cálculos de cifras. Pero se quedan cortos con lograr un enfoque unitario cuando hay funcionamiento en paralelo.

El enfoque físico de mecánica cuántica ganará aún más con el tiempo. Seguramente la conciencia tendrá funcionamiento de acuerdo a enfoque clásico (énfasis en ondas y campos) y enfoque de Copenhague (énfasis en probabilidades). Hasta el momento, el estudio es complejo y sigue siendo una cuestión perenne.

 

 

 

Sobre libro: El nuevo cerebro humano, por Carlos Delgado MD

Después de haber visto el material sobre La Mente Iluminada, El nuevo cerebro humano, por mi colega internista y samaritano Carlos Luis Delgado Garcia, es un excelente complemento, porque la conciencia se entiende mejor como un proceso, que curiosamente entra en función cuando recibe entradas de otras partes del cerebro. Curiosamente, a propósito de las nuevas imágenes funcionales, comparto la afirmación que no se ven los pensamientos. Se ven imágenes correspondientes a funcionalidad en función de flujo vascular y consumo de glucosa.

Y la vinculación de la realidad con el funcionamiento de la energía en forma de las cuerdas heteróticas, genera perplejidad porque en ese espacio dimensional de 10 a la menos 33 de la constante de Planck, está todo el conjunto dimensional de las probabilidades. De forma que a veces es un poco «raro» entender la «realidad» nuestra sensible como un «colapso de la función de onda». (más información en blog sobre El problema cerebro mente, por Francisco Mora)

Me disculpo por estos términos raros, lo que pasa es que cuando se explica la realidad en términos de física, estos conceptos igualmente son aplicables a la conciencia. De hecho, en la obra de 2011 Cerebro, mente y conciencia – Un enfoque multidisciplinario, una de las propuestas en torno a la conciencia tiene que ver con comportamiento de acuerdo a las propiedades atómicas, incluso con curvas que son descritas curiosamente por las llamadas matemáticas transfinitas, como lo refieren los físicos Louis Pauwels y Jacques Bergier.

Libro 49 de 2017

Otro punto interesante, es que en la medida de hacer ejercicios de (por llamarlos de alguna forma) «conexión espiritual» o yoga, o respiración heterotrópica, o raja yoga, u oración profunda al estilo del monje trapense Basil Pennington, se obtienen estados alterados de conciencia que conectan con lo trascendente. Una aproximación a esto fue por ejemplo la que hizo el médico y psiquiatra Estanislas Grof (fundador de la psicología transpersonal) con el uso de la dietilamida del ácido lisérgico o LSD que funciona semejante a como lo hacen algunos enteógenos (como el peyote y el mezcal, o el cornezuelo de centeno, la ayahuasca). En fin, el tema de la conciencia como uno de los temas «duros» para muchas disciplinas y filosofías, sigue y seguirá siendo vigente.

El enfoque de Carlos Luis Delgado Garcia es interesante al proponer que la información no se pierde, independientemente como se diría en términos coloquiales, de que ya el «hardware» (la forma de designar al sustrato neurológico, al encéfalo, tallo, médula, circulación, neuronas, neurotransmisores, despolarización y repolarización) no funcione más. Lo cual impone de paso algunas cuestiones filosóficas y antropológicas en torno a escenarios tradicionalmente controversiales como la metempsicosis.

 

Consciencia y Mente autoconsciente

Las experiencias de la mente autoconsciente están relacionadas con la actividad neural de las áreas de asociación en el cerebro con un relativo alto grado de correspondencia. La unidad de la experiencia consciente se basa en la mente autoconciente, pero no en la complejidad del entramado neuronal de las áreas de asociación en el cerebro.
La hipótesis de Karl Popper de Los Tres Mundos permite comprender la realidad y la mente autoconsciente, tratando de resolver la pregunta perenne del problema cuerpo-mente. 
El concepto de módulo cortical es de capital importancia a la luz del interaccionismo (dualismo interaccionista) y permite la relación conceptual entre la mente autoconsciente y la corteza cerebral a nivel de los llamados módulos corticales, lo cual permite que la mente autoconsciente haga un escrutinio constante sobre la actividad eléctrica de los módulos para resultar en una reciprocidad módulos/mente autoconsciente.
La mente autoconsciente implica la presencia de atención como un agente de integración en la construcción de la experiencia consciente.
Palabras clave: mente autoconsciente – 3 mundos – módulo cortical – qualia – cuestión perenne
Artículo completo del autor, en

https://www.academia.edu/662019/Autoconscious_mind_and_consciousness

El centro cerebral del placer

Contenido traducido, tomado de blog http://alfre.dk/the-pleasure-center/

En 1954, dos jóvenes neuropsicólogos cometieron un error al implantar un electrodo en el cerebro de una rata, un error que involuntariamente llevó a un descubrimiento importante.

Uno de los dos era Peter Milner, un estudiante de doctorado de la Universidad McGill. En ese momento, él estaba poniendo a prueba la teoría de que las ratas podrían ser motivadas mediante la estimulación de la formación reticular, una zona anatómica especial en el tronco cerebral.

Sus ratas corrían a través de un laberinto en T. Cada vez que la rata eligió uno de los dos caminos a tomar, un choque sería enviado a una zona especializada llamada «formación reticular». Era la esperanza de Milner que las ratas podrían asociar su elección con el estímulo supuestamente gratificante, de modo que seguirían eligiendo el mismo camino en futuras aproximaciones. En cualquier caso, Milner no tuvo mucho éxito en su experimento. En lugar de girar hacia el camino por el que recibieron la estimulación, las ratas por unanimidad  evitaron ese lado. Evidentemente, la estimulación evocó un sentimiento negativo en lugar de excitación, como Milner había esperado.

Fue en ese momento que a Milner fue presentado James Olds, un joven psicólogo social de la Universidad de Harvard con un interés en el estudio del cerebro; que estaba buscando a alguien como Milner para que le ayudara a empezar en su trabajo de campo.

Pero el trasfondo de psicología social de Olds fue retirado bastante lejos de la psicología fisiológica del laboratorio de Milner, y Milner se mostró escéptico de que este nuevo recluta pudiera ser de alguna utilidad. Sin embargo, le dio una oportunidad.

Olds resultó ser un alumno brillante: rápidamente, a una semana de serle dado un atlas y libro de anatomía cerebral de la rata, su conocimiento del cerebro de rata destronó al del propio Milner. Pronto, se le dió la tarea de implantar los electrodos en los cerebros de las ratas, siguiendo las instrucciones del Milner.

Este método de implantar el electrodo, sin embargo, era un procedimiento delicado que requería manos firmes y paciencia. Aunque produjo resultados razonablemente consistentes, fue un proceso largo y con mucho margen de error.

Después de practicar con unos electrodos, Olds era lo suficientemente competente para realizar la operación de forma independiente. Pero en esta independencia, hizo algunos ajustes al procedimiento: utilizó alambre de calibre más pesado, y no esperó tanto tiempo para que el adhesivo del electrodo se secara por completo antes de doblar los cables en la orientación deseada. Estos podrían haber parecido ajustes inofensivos en el momento, pero los pequeños cambios en los procedimientos delicados no siempre son tan inocentes.

Una rata Curiosa

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Crédito de imagen: tomada de blog 

https://trojantopher.wordpress.com/tag/peter-milner/

Fue con una de las ratas de Olds que algo muy peculiar pasó. Cuando se estimuló, esta rata se detuvo, empezó a oler y buscar mientras se movía. Tan pronto como el estímulo fue cortado, volvió a su comportamiento normal. Esto estaba en marcado contraste con todas las ratas anteriores que probaron-que podían controlar su movimiento, dando una corta ráfaga de estimulación cada vez que iban en una dirección determinada. En momentos en que Milner se estaba desalentando por su falta de resultados, esta rata obediente reavivó su esperanza.

El intento de descubrir lo que hizo la rata se comportara de esta manera, hizo que Milner y Olds diseñaran un nuevo experimento. En lugar de controlar el estímulo ellos mismos, los dos científicos idearon un método para permitir a la rata activar el estímulo por su propia cuenta. Si la rata administraba el estímulo por sí sola cuando no estaba bajo influencia externa, concluirían que la rata buscaba deliberadamente la estimulación cerebral; esto implicaría que el estímulo era intrínsecamente excitante o gratificante para la rata.

Y de hecho lo fue. Incluso cuando la palanca para activar el estímulo se posicionó con torpeza de tal manera que la rata tenía problemas para manipularlo, la rata fue persistente. Este fue un fenómeno sorprendente que condujo a importantes preguntas: ¿Estuvo la rata completamente subordinada a este estímulo? ¿Podría su comportamiento ser completamente controlado simplemente mediante la estimulación de un área particular de su cerebro?

Único en su clase

Al tratar de responder a estas preguntas, los científicos llegaron a un punto ciego: no podían replicar el comportamiento en otras ratas. Sólo tenían una rata que se comportó de esta manera, y Olds estaba naturalmente preocupado de que esto fuera un fenómeno de una sola vez que nunca presenciaría de nuevo. (Debido a esta preocupación, tomó un video del evento, aunque el video se ha perdido para la historia.)

Después de muchos intentos fallidos más, Milner comenzó a sospechar que tal vez el electrodo no estaba en su posición deseada; tal vez se implantó de forma incorrecta o se había desplazado en algún momento. Pero no había manera de Olds estuviera dispuesto a sacrificar su única «buena» rata para determinar la ubicación del electrodo.

Por suerte, había otros medios de la época, y otro de los científicos en el laboratorio tuvo la brillante idea de tomar una radiografía. Lo que encontraron fue que el electrodo de hecho había sido desplazado varios milímetros de distancia de la formación reticular, y estaba en contacto con el hipotálamo. Puede haber sido el uso de Olds de mayor calibre que requería más presión para doblar, o tal vez fue la forma en que Olds había doblado los cables antes del secado del adhesivo del electrodo. De cualquier manera, estaba claro que el electrodo no estaba donde ellos esperaban, y su nuevo puesto en contacto con el hipotálamo causó algún tipo de sensación altamente excitante en la rata.

El placer y la recompensa

Para los próximos años, en otros experimentos, Olds se dispuso a localizar las áreas cerebrales precisas responsables de la inducción de esta extraña sensación en las ratas. A pesar de que llamó a estas áreas «centros de placer,» no sabemos lo que las ratas en verdad sienten cuando son estimuladas, o si su sentimiento es del todo análogo a nuestro concepto de «placer» (aunque sin duda es un concepto atractivo). Tomando esto en consideración, los científicos de hoy en día prefieren hablar de «centros de recompensa» en vez de «centros de placer».

Se estableció un experimento, similar a la anterior en el que las ratas fueron capaces de autoadministrarse un choque a una parte de su cerebro, empujando una palanca. Dependiendo de donde se dejó la punta del electrodo, las ratas mostraron una amplia gama de respuestas. Olds encontró algunas áreas (áreas pequeñas en el cerebro medio y las secciones adyacentes del tálamo y el hipotálamo) que al ser estimuladas, producían una respuesta de evitación en las ratas. Otras áreas (como la posterior y hipotálamo anterior) en contraste, produjeron la sensación excitante.

En algunos casos, la sensación era evidentemente muy intensa, algunas ratas presionarían la palanca tanto como !!! 7.000 veces por hora !!!  hasta el colapso por agotamiento.

Esta tendencia a la auto-estimulación fue incluso mayor que la del hambre. En un experimento posterior, Olds encontró que las ratas serían capaces de atravesar un suelo altamente electrificado para recibir la estimulación de un suelo que incluso las ratas en ayunas durante 24 horas no fueron capaces de atravesar por la comida.

Las ratas, evidentemente, pudieron ser controladas en su totalidad a través de señales eléctricas enviadas directamente al cerebro. Esto hace que nos preguntemos: ¿Qué pasa con los humanos?

Placer Humano

¿Tienen también los seres humanos «centros de recompensa» en el cerebro?

Sí los tenemos. Pero, tal vez, afortunadamente, la estimulación a nuestros centros de recompensa no conduce necesariamente a un frenesí similar al de las ratas.

En un experimento muy controvertido por Robert Heath en la década de 1950, los pacientes con tendencias violentas tuvieron electrodos implantados en sus cerebros con la esperanza de que la estimulación sería calmarlos. Los pacientes reportaron sentimientos de euforia leves o agradables en respuesta al estímulo, pero nada cerca de la intensa sensación de que condujo a las ratas a comportamientos extremos y de agotamiento. Estos experimentos no estaban buscando específicamente para áreas de estimulación cerebral placentera, sin embargo, lo que puede ser el caso que la orientación otras áreas o combinaciones de áreas daría lugar a una sensación más intensa.

De cualquier manera, incluso sin estimulación neural directa, los hallazgos de Heath sugieren que el humano puede ser propenso a un comportamiento análogo al de la rata, empujando continuamente una palanca para obtener más auto-estimulación: algunos científicos creen que las adicciones   (como ocurre con alcohol o con abuso de drogas) son el resultado de un síndrome de deficiencia de recompensa, en la que una deficiencia en los centros de recompensa del cerebro resulta en un deseo constante de alivio, que toma la forma de abuso de sustancias.

El concepto de centro de recompensa tiene implicaciones interesantes para la investigación y la tecnología del futuro. En un caso extremo, algunos creen que la estimulación directa de estas áreas, será clave para eliminar las emociones negativas por completo del mundo (ya sea o no que sea un estado deseable, es tema de debate). Los partidarios de este escenario futuro les gusta señalar que, en una reunión de la Sociedad para la Neurociencia en 2005, el Dalai Lama mencionó:

                Si fuera posible liberarse de las emociones negativas por una implementación libre de riesgo de un electrodo, sin menoscabar la inteligencia y la mente crítica, yo sería el primer paciente.

Incluso si esto no resulta posible, esto ilustra el enorme potencial que yace en el futuro la investigación del cerebro; todavía hay mucho que aprender y descubrir.

Cabe esperar que en nuestra búsqueda para aprovechar la búsqueda del placer, las tendencias no terminen como la rata: en un ciclo continuo de auto-estimulación, adicción, y el eventual agotamiento.

Referencias (tomadas del post original)

“A World Without Suffering?” Accessed April 8, 2013.http://ieet.org/index.php/IEET/more/dvorsky20090502.

Baumeister, Alan. “The Tulane Electrical Brain Stimulation Program A Historical Case Study in Medical Ethics.” Journal of the History of the Neurosciences 9, no. 3 (2000): 262–278. doi:10.1076/jhin.9.3.262.1787.

Blum, Kenneth, John G. Cull, Eric R. Braverman, and David E. Comings. “Reward Deficiency Syndrome.” American Scientist 84, no. 2 (March 1, 1996): 132–145. doi:10.2307/29775633.

“James Olds, May 30, 1922—August 21, 1976 | By Richard F. Thompson | Biographical Memoirs.” Accessed April 8, 2013. http://www.nap.edu/readingroom.php?book=biomems&page=jolds.html.

Milner, Peter M. “The Discovery of Self-stimulation and Other Stories.” Neuroscience & Biobehavioral Reviews 13, no. 2–3 (Summer 1989): 61–67. doi:10.1016/S0149-7634(89)80013-2.

Motivation: Self-Stimulation in Rats, 2010. http://www.youtube.com/watch?v=aNXhyPj-RsM&feature=youtube_gdata_player.

Olds, James. “Self-Stimulation of the Brain.” Science 127, no. 3294 (February 14, 1958): 315–324. doi:10.2307/1754983.

Olds, James, and Peter Milner. “Positive Reinforcement Produced by Electrical Stimulation of Septal Area and Other Regions of Rat Brain.” J Comp Physiol Psychol 47, no. 6 (1954): 419–427.

Epistemología de Heinz von Foerster

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Sobre Heinz von Foerster, un científico que trabajó en la teoría de desarrollo de sistemas cibernéticos, lo mismo que Von Neumann.

Su formación está marcada por una fuerte inquietud multidisciplinar, que le llevó a interesarse por la psicología, la filosofía, la lingüística, la sociología. Se movió en el entorno del ‘Círculo de Viena’ y de los trabajos de Ludwig Wittgenstein.

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Heinz von Foerster 1911-2002

En este interesante artículo von Foerster se refiere al sistema nervioso central como un sistema donde durante mucho tiempo fue difícil pasar de la integración de la señal de una simple neurona haciendo un estímulo beep beep beep a un proceso mental donde hay la interpretación de la realidad que se supone, estamos acostumbrados a percibir.

Y es aquí donde entra el matemático francés Henri Poincaré cuando hizo el análisis sobre que la información de las retinas, porque curiosamente, la información que transmiten al cerebro es bidimensional.  Y en la medida que se produjera correlación de movimiento con cambio de percepción, surge en el sistema nervioso la sensación de «espacio».

Y otra cosa que es diferente en los sistemas nerviosos complejos: las neuronas llamadas internunciales, que se encargan de regular o de «computar» el conjunto de señales que se reciben de forma aferente y según la cantidad de descargas que reciban, se traducen en un estímulo eferente.

Algunas cosas para entender mejor esto: inter, es entre. Nuncio en latín es mensajero. Las internunciales están «entre los mensajeros»; y computare en latín, es «considerar en conjunto». Las neuronas internunciales, que suelen actuar de «puentes» entre otras neuronas, acumulan y procesan un conjunto de información para definir si se transmite un determinado impulsos que en el sistema nervioso pueden ser endocrino, neuroendocrino o motor, por mencionar algunos.

Foerster habla de la realidad no como un descubrimiento, sino como construcción individual y social. ¿Descubrimos la realidad o la construimos…?

William Blake por ejemplo, afirmaba que «él no veía con los ojos sino a través de ellos«. Esto significa que ver equivale a un insight; equivale a alcanzar la comprensión de algo utilizando todas las explicaciones, metáforas, parábolas, etc., con que contamos, es decir con una experiencia personal e irrepetible, que es lo que hace que de acuerdo a Foerster, haya tantas realidades como individuos que las pueden experimentar.

Referencias

http://biblioteca.funglode.net.do/biblioteca/Datos2/Documento$@/Complejidad/POR%20UNA%20NUEVA%20EPISTEMOLOGIA.pdf

http://www.infoamerica.org/teoria/foerster1.htm

http://bcl.ece.illinois.edu/hutchinson/

Página sobre Cerebro, Mente y Conciencia – Un enfoque multidisciplinario

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https://www.facebook.com/pages/Libro-Cerebro-mente-y-conciencia-Un-enfoque-multidisciplinario/613569022038907

Un viaje a través de la historia del conocimiento neurocientífico; así definiría yo este libro del Dr. Alejandro Melo-Florián.
Decía Ortega y Gasset que “el hombre, es el hombre y sus circunstancias”. Del mismo modo el autor nos conduce por los paisajes más diversos de la investigación sobre el
sistema nervioso central -precisamente sobre aquellos aspectos que afectan a lo más íntimo del ser humano como tal- y de las circunstancias históricas en que los hitos
del conocimiento neurocientífico se han ido produciendo.
Con el hálito unificador del humanista poco o nada escapa a su alcance: psicobiología evolucionista, neurobiología del desarrollo, biología celular y biología funcional.
Todas estas perspectivas integradas van dando respuesta a la pregunta inicial: ¿cómo funciona el cerebro humano?
El libro, generoso en citas célebres, resulta de lectura fácil y amena y conforme uno avanza en este viaje va descubriendo cómo nuevos enfoques son complementarios
entre sí para comprender cómo del cerebro se desprenden sus dos principales productos derivados: la mente y la conciencia.
Productos que siempre deseamos alcanzar a entender pero con frecuencia se nos escurren entre los dedos de la mano como un puñado de arena. Y es precisamente
esta red de conocimientos, esta malla psicoevolutiva, la que nos permite retener una idea más nítida de qué son y qué papel juegan en el hombre mente y conciencia.
No puedo evitar recordar aquí una de mis frases favoritas de D. Santiago Ramón y Cajal “Todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro”. Efectivamente
el conocimiento neurocientífico nos está abriendo las puertas a la maquinaria que rige el mundo de los pensamientos y la conducta humana. Y una vez dentro,
si de veras conseguimos comprender el cerebro, podemos intentar influir, modular -o esculpir- aquellos procesos cuyo funcionamiento no consideremos óptimo. Para
ello la clave del éxito está en conocer lo mejor posible las piezas y los mecanismos, cómo se integran y cómo se generan los procesos.
Poco más cabe decir en este prólogo. Si acaso les diría lo mismo que a quien se dispone a leer un libro de viajes y aventuras de Julio Verne: disfruten.

Manuel Menéndez-González M.D.
Neurólogo, Hospital Álvarez-Buylla
Profesor Asociado del Departamento
de Morfología y Biología Celular, Universidad de Oviedo
Editor Jefe de International Archives of Medicine

http://books.google.com.co/books?id=DIZGAgAAQBAJ&pg=PA5&lpg=PA5&dq=manuel+menendez+cerebro+mente+y+conciencia&source=bl&ots=9TORqbmfDK&sig=MD02xnlHTG2qcZOiMpoAc3HP_rg&hl=es&sa=X&ei=roIIU-3mE8jcyQG6hoHQBQ&ved=0CDQQ6AEwAQ#v=onepage&q=manuel%20menendez%20cerebro%20mente%20y%20conciencia&f=false