Sobre libro: Homo Deus, de Yuval Noah Harari.

De Homo a Deus, por tener un poco más de información esta es la propuesta en el título… ¿será posible que ese enfoque algorítmico de los sucesos en el mundo, de la vida y de la historia sea una probabilidad para que Homo sapiens se convierta en Homo Deus? Si bien es cierto que el conocimiento organizado como ciencia ha permitido unos enormes cambios en el mundo a partir del Renacimiento, luego plasmado con la revolución industrial, ha permitido que se creen muchas tecnologías que han transformado el mundo, tiene un tinte fáustico al referir que se puede llegar a ser un Creador… solo por el manejo de información.

El enfoque materialista de la conciencia

Y de paso, esta concepción de la realidad va de la mano con la conciencia como un epifenómeno. Acá hay que aclarar este término (epifenómeno), que implica que la conciencia surge de la actividad eléctrica y bioquímica de los casi 100 millardos de neuronas en el sistema nervioso. Este tipo de concepción es una posición de tipo materialista. ¿Qué implicación tiene esta concepción? Que todos los eventos mentales son de tipo algorítmico, que dependen de neurotransmisores. Que si uno tiene elevada la serotonina, está calmado, que si uno tiene elevada la dopamina, está disfrutando y sintiendo placer con algo. La conciencia es un producto evolucionado de la materia.

Solo que si uno como ser es un ser ser algorítmico, queda sin resolver la cuestión perenne de lo trascendente y como en el cerebro se produce esta interacción. Lo espiritual simplemente desaparece por sustracción de materia, porque no es demostrable, cuando de trata de concepciones materialistas en torno a la evolución de la conciencia. O también, lo espiritual se reduce a un algoritmo. Y en cuanto a algoritmo, entendido como un conjunto de instrucciones para que un sistema ejecute algo, no importa si es un sistema orgánico o inorgánico el que tiene el flujo de los algoritmos. Nuevamente, lo espiritual es anomizado, es dejado de lado.

Es cierto que el funcionamiento del sistema nervioso se sustenta en manejo de información de red, en paradigma computacional, en análisis de información, en algoritmos para toma de decisiones a la luz de experiencia, en paradigma de complejidad donde la concurrencia de elementos antagonistas hace necesaria la aceptación de la ambigüedad. Y recientemente, a favor de la conciencia, esta se está describiendo como un campo, en el sentido einsteniano del término, donde hay una distribución espacio-temporal de una magnitud.

De modo que el concepto algorítmico de un humano como mero proceso de información, donde la neurotransmisión y el ADN es uno de los puntos de vista, explora una faceta limitada del humano como ser individual y social.

De homo a Deus?

De homo a Deus, es una propuesta verbal, relacionada con el lenguaje en términos latinos de lo que consideramos Deus, un ser Creador, Todopoderoso, Compasivo, donde como un Logos, hay conexión de significados.

Aunque si se considera de fondo, la realización de actos vinculados a la manipulación de información, esto está más relacionado con un demiurgo: de homo a demiurgo. Con un ser que es capaz de estar procesando información, generando información, viviendo información, teniendo un nivel de impacto sobre otros conjuntos de seres que están igualmente relacionados con información, pero con un menor nivel de propiedades emergentes. Las propiedades emergentes son aquellas que salen como en el agua, que no son predecibles a partir de la unión de hidrógeno y oxígeno. Consecuentemente, un demiurgo tiene mayor capacidad de manejo de información y mayor capacidad de influencia. Mayores propiedades emergentes.

Y un humano tiene mayor cantidad de propiedades emergentes si se compara con un colectivo de animales, abejas por decir. Porque los humanos tienen cultura, que implica lenguaje y capacidad de comunicarse que permite interacción sostenida no solamente en el espacio, sino también en el tiempo; que tiene propiedades emergentes diferentes en calidad y cantidad frente a los de la Naturaleza; pero que la manipulación tecnológica y de información que permite el conocimiento de los datos, es difícil que pueda ser equiparado al de la Naturaleza en su gran escala, donde las redes que hay interactúan entre sí, de una manera homeodinámica, permitiendo el desarrollo de todos y cada uno de los componentes de dichas redes en ciclos sin fin.

Estos procesos son conocidos, implican claramente manipulación de información, es decir, hay algoritmos -claramente-, pero igualmente hay un tema teleológico, una finalidad, un tema trascendente. Que obviamente, al estudiar el estado trascendente con las herramientas de hoy, es un estado de balance de neurotransmisores, que son dejados como las nuevas compuertas a la interpretación de la realidad.

Dataísmo como nueva religión

El hecho que se proponga una religión en torno a los datos, el denominado dataísmo no deja de ser curioso, aunque en este momento tiene un tinte antropocéntrico, que de paso puede anularse a sí mismo por considerar paradójicamente que los sistemas de información solo necesiten de humanos más no de individuos. En otras palabras, el tinte antropocéntrico es que conocerlos datos por conocer datos es un interés humano, en este caso de control. Y la parte paradójica es que una máquina manejada por un algoritmo puede desplazar permanentemente a un humano. Solo necesitaría de humanos para mantenimiento, pero no requeriría de individuos pensantes, porque el algoritmo concentrando una gran cantidad de información, puede llegar a un desenlace con una gran fortaleza estadística, si se mira en términos de racionalidad y uso de inteligencia.

La perspectiva de los algoritmos

Los algoritmos son herramientas. Las herramientas se pueden emplear para mejorar el mundo, el ambiente, los conglomerados sociales, uno mismo, O se pueden emplear para lo opuesto. Como en el relato oriental si el pájaro en la mano de quien pregunta al sabio si el pájaro está vivo o está muerto, el destino de ese pájaro está en nuestras manos. Los algoritmos son herramientas para el servicio de sus creadores. Y fueron concebidos en un paradigma del mundo donde lo importante es el manejo de la información, el control, la energía.

Dependiendo de si uno considera que hay complejidad en la Naturaleza y el Cosmos, la información, el llamado «Big data», es un elemento más dentro de las redes de las redes de las redes que hacen posible la vida y la conciencia, donde la conciencia es un campo que maneja información igualmente, solo que busca la trascendencia.

Conclusión

En conclusión, el enfoque de la trascendencia del hombre que propone YN Harari tiene orígenes en el materialismo. Propone que los estados mentales dependen de neurotransmisores y que al ser manipulados por diferentes medios, incluyendo los farmacológicos esto permite una determinada sensación del mundo, que equivale naturalmente información. La investigación de mejorar la enfermedad en grupos de la sociedad, se ha enfocado en mejorar la salud de unos pocos individuos. Y esto es peligroso porque puede crear un orden social conveniente para unos pocos, que están vinculados con los procesos relacionados con la información.

2 comentarios

  1. Me quedo en un aspecto que parece salir solo de pasada, pero que está en el centro de lo que se habla. Hay un momento en que afirmas: Porque los humanos tienen cultura, algo que parece excluir a todos los demás animales, de hecho la comparación es con las ovejas. Pues bien, desde luego en un modo limitado, pero también las orcas tienen cultura. Un grupo de orcas en Ciudad El Cabo, tiene unos comportamientos de grupo diversos de otro en Noruega, esto se refiere sobre todo en comportamientos de caza, en el sur caza pingüinos en el norte sardinas o bancos de peces. pero lo que no hay duda es que es un comportamiento conformado por el grupo concreto y que es diverso del comportamiento de los demás grupos. Esto comporta que la experiencia del grupo es incorporada y genera una cultura de grupo diversa.

    1. Gracias por leer e interactuar con el material. Totalmente de acuerdo con el comentario que has dejado. Lo que refiero a continuación es para reforzar tu comentario y de paso, lo dicho en la reseña. La diferencia entre especies, es que en la especie humana la cultura se ha multiplicado por el lenguaje y los libros, que ha hecho posible la emergencia de cambios en tiempos que ya no son geológicos. En poco más de 70.000 años pasamos de cazadores-recolectores a otros planetas; y a casi destruir el mundo presente, dejando la impronta en el mundo con un nombre: Antropoceno. Y refuerzo tu argumento en que los seres sentientes no-humanos tienen cultura, manifestada por lenguaje y actos con intencionalidad y propósito, que les permiten interactuar entre sí y con el medio ambiente. Son plétora los ejemplos de dicha cultura animal. Las abejas tienen un patrón de zumbido característico cuando llegan a la colmena para informar sobre alimentos. Y «En Sombras de antepasados olvidados», Carl Sagan refiere detalles sobre la cultura de los chimpancés.

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