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Sobre libro: Educar en la era planetaria, de Edgar Morin

Procurando aproximarse un tanto a una concepción orgánica del mundo, donde Gaia es un ser vivo, con un conjunto de seres familiares en lo biológico, y tan extraños en lo social, cultural y antropológico.

Los diferentes movimientos globalizantes en el mundo, desafortunadamente con el montón de guerras generadas (aproximadamente unas casi 15000 documentadas por la historia) en pos de la unidad han cortado la riqueza de la diferenciación cultural. Y ahora, al buen salvaje, se lo considera un palurdo analfabeto, que hace necesario pensar por él, para que se pueda adaptar al medio cosmopolita, que desafortunadamente ahora es lo que se considera progreso. Como la pax romana, uniformidad en medio de tantos muertos, que halló su cénit de destrucción en el siglo XX con las terribles guerras mundiales y luego algo rarísimo en la historia, la guerra fría.

En estos momentos los paradigmas de energía e información se mueven con una estructura de cuatrimotor, como le dice Morin a la conjunción de ciencia, técnica, industria y el interés económico. La globalización debe ser entendida más allá del proceso de unificación de humanidad entendida tan solo en un plano comercial, productivo, que al mismo tiempo es reduccionista; de tal modo que si fuéramos autómatas, sería magnífico, pero siendo seres psicoemocionales, la pertenencia al grupo es más importante que tener cada vez más y más recursos unos grupos limitados, dejando de lado a una gran porción de semejantes. De ahí el valor de organizaciones de trascendencia mundial, como Médicos sin fronteras, Greenpeace, Amnistía internacional.

Y las TIC nos han permitido globalizar al mismo tiempo el malestar y crear una conciencia de grupo más pequeño, más cohesionado. El mensaje de Morin es que la cultura planetaria debe propender por hacer aflorar lo mejor de la hominalidad, para que ese Homo sapiens / demens, sea mejor no solo a nivel individual, sino también grupal. La hominalidad implica considerar al hombre no solamente como Homus economicus, sino como un ser multidimensional, que está inmerso en un medio biològico que necesita ser conservado lo más estable posible, regido por estrategias que buscan la mayor adaptación y proposición de nuevas soluciones, que permiten concebir la vida como un camino, como una búsqueda, donde «se hace camino al andar».

 

Obviamente, hablando de Morin, hay que traer nuevamente a escena el pensamiento complejo, como aquel que es al mismo tiempo antagonista, concurrente y complementario. Porque se trata de conjugar tendencias aparentemente contradictorias que a veces incluso parecen juegos de palabras, pero el punto es que la realidad no es simple y las palabras son solamente un instrumento. Y en estas tendencias, hay directrices que engloban tendencias aparentemente incompatibles, como ser conservador y progresista, como que la complejidad debe llegar y ser parte de la política, mientras que la política debe complejizarse… para por ejemplo empezar a cambiar el concepto de subdesarrollo que es solamente económico, mientras la esfera de lo humano tiene muchas más dimensiones, es multidimensional.

Educar era planetaria