Mes: diciembre 2019

Sobre libro: Emociones políticas, de Martha Nussbaum

Prolegómenos

El amor es importante (no solo en política) porque permite considerar las necesidades de otros al mismo nivel que las propias. Y cuando esto pasa, es fácil hacer juego limpio.

Amando el cuerpo

Para poder vivir en un mejor medio social, es necesario que la educación ayude a vencer emociones como vergüenza, asco, envidia, miedo.

Concretamente Nussbaum se centra en estas cuando tienen una connotación negativa. Porque la elaboración que suelen tener en la mente de las personas, es que se proyectan hacia afuera (como el mecanismo de defensa psicoanalítico de la proyección, donde lo propio desagradable se atribuye a los otros), de tal manera que ante otros grupos humanos o gente en particular, se atribuye algo desagradable, por ejemplo, algún tipo de olor, algo con el sudor, algo con secreciones  y con las infaltables excreciones.

La aversión ante el cuerpo y sus productos es algo que se inicia culturalmente desde la infancia. Cada niño aprende el manejo de secreciones y su significancia en un contexto social. La educación debe enseñar a manejar equilibradamente esto, con la acepción de lo corporal.

Caso de afroamericanos e intocables

Y a partir de una educación impartida durante muchas generaciones, se presentaron dos situaciones que Nussbaum considera ejemplarizantes para no repetir: la discriminación de la raza afroamericana en Estados Unidos; la discriminación de los intocables en India. Alrededor de esto, la serie de hechos realizados por varios hombres con los que estamos familiarizados: Abe Lincoln, Martin Luther King, Rabindranath Tagore, Mohatmas Gandhi.

El argumento de Nussbaum es que para hacer esos cambios, fue necesario emitir mensajes tales que despertaran las emociones de muchos habitantes del país. El mensaje más conocido es el de Lincoln en Gettysburgh. Los de Tagore, manifestados en las letras de himnos como Jana gana mana, en novelas como Gora donde el joven Gora, criado por una nodriza de los “intocables”, cuando llega a la adolescencia, no quiere ser nunca más atendido por ella. Solo que la vida da “muchas vueltas” y finalmente, tras haber conocido la sociedad, acepta a su nodriza.

Manejando la emoción

El discurso de Gettysburg es conmovedor, por la evocación a la devotio, al sacrificio que hicieron los soldados del norte industrial, luchando para mantener la unión que los confederados del sur agrícola no dudaron en sacrificar. Este discurso muestra un manejo magistral de la emoción, con palabras mensuradas, pero profundas. Que luego tuvo ecos en aquel discurso de Churchill tan conocido, donde solo puede prometer sangre, sudor y lágrimas….. es necesaria la victoria para no llegar a la extinción.  Junto con aquel otro discurso, que resuena en la eternidad, del reverendo King… tengo un sueño….. para que la democracia del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, no desaparezca de la faz de la tierra.

Y para una gestión exitosa de lo político es necesaria la emoción. Nussbaum refiere que el Eduardo VIII  no generaba emoción y que por ejemplo, de no haber sido por Churchill, no hubiera sido posible la derrota de la Wehrmacht alemana en aquel tiempo.

La risa, remedio universal

Esta frase fue popularizada por la sección del Readers Digest. Cuando hay risa, la interacción se vuelve juego, gozo, sensación de trascendencia, confianza. Se vuelve interjuego (interplay, en inglés). El “otro” es complementario a nosotros, a cada uno. Eso se aprende en la infancia, un experto que describió esto con lujo de detalles fue el pediatra y psicólogo Donald Winnicot. Y si no se aprende en la infancia que “el otro” existe, el adolescente y el futuro adulto crecerá creyendo que él mismo es el único centro del mundo. La ignorancia y la falta de pulimento por la educación y la cultura, crean seres tristemente insensibles y deletéreos para la sociedad.

Ese fue el papel de la comedia en la antigüedad. El enorme valor social de Aristófanes, escritor de comedias, fue presentar una cara amable en medio de la guerra fratricida del Peloponeso. Aunque también, y esto no lo refiere Nussbaum, el impacto que hizo sobre Sócrates de alguna forma intervino para el fin de él. Pero esto es otra historia, contada por la pluma plena de suspense, de Marcos Chicot.

Hay dos personajes, Lámaco y Diceópolis. Lámaco llega a acostarse a la cama por el dolor a consecuencia de sus heridas, mientras la contraposición cómica es que Diceópolis va a la cama para yacer con una compañera. El mensaje que quiere dejar Aristófanes, es el contraste entre la guerra y la paz.

Otro caso referido por Nussbaum, que llama la atención, es el de la ópera de las Bodas de Fígaro. Porque es una representación muy sutil de que la nobleza solo por haber nacido con tal blasón no basta. Cherubin es el personaje que es la vía media, no busca venganza, no busca honores en forma desmedida, solo quiere, como Diceópolis, gozar del amor.

La compasión

La tragedia griega por excelencia que trata sobre la compasión es la de Filoctetes, amigo de Hércules, quien herido por una flecha, sufre una herida que no se cura, y le mantiene sumergido en el dolor todo el tiempo, su vida es un perenne ay y le dejan abandonado en una isla, donde todo se empeora, al dolor se agrega la soledad. Hasta que Neoptolemo tiene que llegar a pedir su ayuda nuevamente para la guerra de Troya, y hacer gala de su diplomacia para lograr la reincorporación del arquero Filoctetes.

En la compasión se reconoce al otro. Se siente su dolor, su pena,  se reconoce que es una situación del azar, y que él mismo no la ha causado.

Se tiene compasión por un nombre. No por un número. Por eso, los internos reclusos suelen ser números. Una mayor discusión sobre este tema de la indiferencia en la reseña sobre Las raíces del mal, el origen del holocausto, de Peter Hayes.

La envidia

Y bueno, esta es otra de las emociones digamos complicadas. En algunos casos, humorísticamente se dice que la primera causa de mortalidad es la “envidia”. Perseo en su búsqueda de Medusa, buscó a las tres Grayas, que son una alegoría de la envidia, porque ven con el mismo ojo y muerden con el mismo y único diente. La envidia no es mala porque espolea por ejemplo a un niño al progreso cuando busca emular un modelo. Pero si genera resentimiento por lo que otro tiene, entonces deja de tener su función adaptativa. Y en cualquier sociedad, se debe buscar al máximo que no haya diferencias tan acentuadas entre los ciudadanos con recursos y aquellos que no lo tienen.

Así, refiere Nussbaum que en EEUU e India, los jefes de estado son bastante austeros. De hecho Gandhi empezó a hilar su propia ropa en algodón hilado por el mismo. Lo hilaba en una rueca, que ahora forma parte de la bandera de India. La túnica que el hilo se llama kadhi. Y es la prenda que suelen usar los parlamentarios en India. El contexto de Gandhi al hilar su propio algodón, fue dar ejemplo a toda India de producir el propio algodón, en lugar de comprar la imposición del algodón británico. Washington, al momento de aceptar la presidencia, tuvo la disyuntiva de como presentarse, sin que la ropa desmereciera el honor del cargo. Se hizo botonadura dorada con un águila.

Esto de la austeridad en los cargos de responsabilidad no es reciente, ya el emperador Augusto en la antigüedad hizo gala de gran modestia una vez llegó al poder. Eso le hizo tan popular en la sociedad romana. Y cuando cumplía su período de poder, él renunciaba protocolariamente y los senadores le insistían en que lo aceptara.

En esto hay que trabajar mucho, para que la educación forme seres que no se encuentren conque el poder es lo que les llena. El poder en realidad es una oportunidad administrativa de servicio.

Conclusión: ¿Por qué es necesario el amor?

Se podría pensar que con sentimientos como compasión es suficiente. Pero la compasión es algo que suele ser pasajero. Como cuando algún portavoz oficial lamenta la situación acaecida de los muertos en algún país lejano, por desastre natural, terrorismo, hambruna y un largo etcétera. Eso es compasión, aunque la capacidad de acción no siempre va de la mano y es en este sentido que Nussbaum considera que la compasión tiene por así decirlo un menor alcance que el amor. Pero el amor, es esa emoción que mueve a actuar, como se haría cuando se quiere proveer algo para un ser querido. De ahí que el amor permite considerar las necesidades de los otros al mismo nivel que las propias.